viernes, 28 de diciembre de 2007

Cerremos la página... y miremos hacia el futuro


A finales de año a la sociedad le baja la famosa locura de hacer una especie de retrospección… flashback… llámenle como quieran. Yo también me adhiero a este “proceso colectivo” y haré mi propia evalución anual porque creo que es necesario indagar tanto en mi pasado como en el futuro que se avecina… Esta vez no les relatare una historia, ni los deleitare con un poema, en esta ocasión me centrare en mi vida personal a lo largo del año 2007, y mis proyecciones hacia el 2008.
Es increíble como ha pasado el tiempo. Pensar que solo ayer estaba iniciando mi año escolar y ahora se acerca el término de una etapa, el fin de una página y el inicio de otra (cargada de proyectos, metas, ilusiones, responsabilidades). He pasado por un proceso no muy significativo este año, pero siempre con alguna meta que cumplir o algún ideal que realizar, ¿se cumplieron?... creo que sí; me siento satisfecho con lo realizado, pero como siempre lo he dicho: “yo puedo rendir más, soy capaz de más”. El problema consiste en proyectarme en el futuro porque el próximo año se viene mucho más compromisorio, con hartas metas que cumplir. El solo hecho de proyectarme hace que se me pongan la piel de gallina. Creo que para muchos no es una novedad lo que me tiene preocupado, es un hecho, y no me pasa solo a mi, sino a varios jóvenes que se sienten presionados, asfixiados, sofocados, sin energías; es la famosa arma letal llamada PSU! Si, esa prueba que para muchos es un simple dolor de cabeza pues para mí también lo es. De partida define mi futuro, y mis aspiraciones laborales son grandes, magnánimas,… no aspiro a ser un fracasado en esta sociedad, de hecho nadie aspira a ello. Pero algunas veces hay que equiparar realidad con la aspiración, y ahí caemos en la inseguridad (y ese es mi caso particular). Es bonito pensar en una famosa universidad donde desarrolles tus capacidades, proyectos y ambiciones… pero eso no se logra de la nada, debe haber un trabajo sistemático y sacrificado para alcanzar semejante ideal. No basta con sentirse orgulloso con tus resultados académicos, aunque sean increíbles en comparación con el curso, si ni siquiera superan al último puntaje que ingreso a la universidad que aspiras. Colegio, Preuniversitario, estudio organizado y sistemático, presión, estrés (“quizás”)… esos son los ingredientes que el próximo año me acompañaran desde el primer día, y serán un gran apoyo moral hasta llegar al “día D” donde me enfrentare ante la prueba malvada, aunque suene irónico, pero es verdad. Esa será la gran meta del próximo año y tendré que hacer meritos para lograr mis objetivos, pero los haré, obvio que lo haré. Siempre me he caracterizado por cumplir aquello que me propongo, por luchar hasta las últimas consecuencias por aquello que me fortalecerá y me hará sentirme realizado. También he sabido de derrotas, pero siempre levanto cabezas e intento seguir con el mismo rostro que oculta la oscuridad que me ha dañado, pero soy más fuerte, cada día más sólido. Tengo claro que dentro de los intentos también existe el sabor amargo y crudo de la derrota, aquella que nos golpea y escupe en nuestra misma cara. Espero que ese no sea mi destino porque es cruel y envenena Pero en fin, las cartas están puestas sobre la mesa respecto a la gran meta que debo enfrentar; el resultado depende solo de mi esfuerzo.
También me agrado el hecho de crear este blog, “Sacrificio Inmortal”, donde pudiera exponer aquellos escritos que me acompañan en los momentos reflexivos de mi vida. Se que muchas personas se cautelan con mis escritos y eso es lo que más me agrada ya que me da ánimos para seguir escribiendo y exponiendo mis pensamientos, como siempre lo he hecho. Espero seguir por mucho tiempo más con esta herramienta que me permite cambiar el switch de muchos otros medios tecnológicos, sin el único fin de contar anécdotas personales, no quiero decir que aquello sea malo, pero creo que la sociedad se recrea con medios que promueven la conciencia y el pensamiento colectivo. Este es un medio que me permitió desarrollar dicho talento para romper la burbuja en la cual se encuentran inmersas muchas personas. Aprovecho la ocasión para desearles felices fiestas a todos mis lectores que vagabundean por el mundo inmortal.

My sacrifice inmortal

martes, 18 de diciembre de 2007

Intoxicado


Voy con el auto a toda velocidad dejando atrás toda mi mala fama, mi tristeza, mi agonía. No puedo olvidar todo el mal que les he hecho a muchas personas que me han acompañado en mí andar y me han brindado sus sabios consejos. ¿Y yo?... Bueno, yo les di la espalda y les clave el cuchillo oxidado para no borrar jamás la herida de sus cuerpos, para que no se olviden de este extraño, pero amable servidor, cuyo nombre jamás será sacado de su mente, o al menos eso creo. No puedo negar que el mundo lo tengo en mis manos, sentir como el aire golpea mi rostro, mis cabellos queriendo volar al mismo infierno y el auto no se detiene, y avanza sin pedirle permiso a nada, ni a nadie. Estoy solo, bueno prácticamente solo porque casi ningún auto se ve en mi pista; muchos metros más, adelante mío, veo a un par de chicos que al parecer tuvieron un problema con el auto, pareciera que se les reventó un neumático. Bajo la velocidad para indagar respecto a su problema, paso lentamente por el lado de ellos, los observo por un momento y en sus rostros pareciera que ha despertado una pequeña luz de alegría (su salvación). Es por esto que no dudan en pedirme ayuda mientras me miran agotados, el sudor les recorre lentamente sus cuellos; no lo pienso dos veces, acelero el auto a toda velocidad y dejo que se pudran en medio de este caluroso verano que parece interminable. Si te he visto no me acuerdo; miro por el espejo y veo que los chicos me miran un tanto molesto mientras me hacen algunos gestos morbosos cautelosamente. Me río silenciosamente mientras pienso en lo malo que he llegado a ser en este último tiempo, y no encuentro razón lógica, simplemente vueltas de la vida. Incluso me dan ganas de retroceder el automóvil para ir a encararlos y dejarles en claro que nadie me hace desprecios. Pensar que incluso deje sola a mi mujer, a mi puta mujer, porque no le basto el solo hecho de dejarme solo e irse a cambiar con el otro malcriado; me engaño, esto esta claro. Se río en mi propia cara, y apenas supe de aquello no dude en irme a la misma mierda, pero de todas formas le deje mi herencia para ella sola donde seguramente hará el amor con su queridísimo y sensato amante, donde mi herencia se vera manchada con hedor social de cuanto estúpido entre y salga de mi casa. Y así fue como no dude en acelerar este automóvil para avanzar y avanzar, sin retroceder…
He avanzado sin preocuparme si quiera donde estoy, mi polera ya se encuentra muy húmeda con mi transpiración y el olor ya se comienza a hacer deplorable. Veo una bomba de bencina y detengo ferozmente la velocidad de mi auto, exhala un feroz sonido y eso me hace sentir realizado, me hace sentir como el huevón más grande de este planeta tierra, y en realidad no se por qué. Avanzo lentamente para introducirme a tan pequeño y nefasto local, detengo el auto mientras suspiro lentamente.
- Buenos días. Veinte mil de la 97 por favor.
- ¿Va a pagar con tarjeta CMR?.
- No.
Aprovecho de observar el paisaje que me rodea mientras; el sudor se desliza en mi cuerpo, y eso me hace sentir deplorable, ordinario, resentido. Miro un pequeño cartel que indica la venta de algunos refrescos. Se termina de llenar el estanque.
- Aquí tiene - le digo mientras comienzo a sacar los veinte mil pesos de mi billetera que se encuentra vieja, arrugada, desechable. Igual que yo.
- Gracias.
- Una preguntita, ¿en que lugar me encuentro?
- “Peor es nada”
- Ok. Muchas gracias.
El nombre de semejante lugar me quedo dando algunos vueltas en mi cabeza por mucho tiempo. Se asemeja con la situación que estoy viviendo, de eso no caben dudas; quizás este sea el lugar donde deba permanecer por el resto de mis días. Tengo el dinero necesario para sobrevivir a lo menos 2 años o incluso más. Y pensar que ayer me encontraba como una verdadera máquina, siguiendo la rutina de todos los santos días: trabajando y ganando dinero con el sudor de mi frente para poder mantenerme en pie; y ahora me encuentro acá: sudando, pero sin hacer absolutamente nada, solo avanzar y avanzar sin limitarme a recorrer mi camino pasado. Manejando una máquina. Me siento solo en medio de todo un paraíso, aunque lo daría todo con tal de no volver al pasado; definitivamente ya me olvide de él y lo asesine hace algunos días atrás, no volveré a sentir los gestos deshonrosos de todas las escorias que me rodean y que me verán volviendo como todo un perro arrepentido, y ellos serán los responsables de hacerme sobrevivir con huesos. ¿Es digno para un ser tan magnánimo como yo?, ¿realmente nací para eso?, definitivamente no. No, yo no soy de ese tipo de personas. Si tome una decisión la asumo como siempre lo he hecho, y nunca me arrepiento porque simplemente siempre hago lo correcto. Dejo de lado mis reflexiones por culpa de mi celular que comienza a vibrar de forma certera, lo observo levemente: 9 llamadas pérdidas de mi hermano. Quizás que quiera este huevón, tratará de convencerme que vuelva a la famosa ciudad del infierno, y no me extrañaría que lo hiciera. Sigo mi camino sin tomarle atención a mi celular que suena y suena, pareciera que mi hermano no se aburre y persiste vanamente en comunicarse conmigo. Pienso que sinceramente puede ser algo importante, quizás la muerte de mi puta esposa, de mi madre, de mi padre, por tanto decido contestar.
- ¿Dónde mierda estas?
- En plena carretera viviendo la verdadera vida.
- ¿Pero en que país?
- En Chile, huevón. “Peor es nada”
- Acá están todos apestados contigo. La cagaste. Tienes a todos con los nervios de punta, están todos asustados. Puta que eres imbécil. Muy, pero muy huevón.
- ¿Me llamaste para insultarme?, si es eso mejor cuelgo.
- Que has hecho, entonces.
- Recorrer, ¿y tu?
- Andaba en el centro con unos amigos; todos te echan de menos huevón.
- Ah.
- ¿Estas con una mina?
- No.
- ¿Andas solo?
- Sí, no me queda otra.
- ¿No te da lata?
- No, es menos malo de que me imaginaba. Además, me guste o no me tengo que acostumbrar… ¿Y que onda el papá?
- El siempre te defiende, típico. Es él único que esta de tu lado, y que sinceramente apoya tu decisión. Deberías volver y arreglar todos tus problemas, afrontarlos como hombre.
- No puedo. Vos te salvaste, yo no.
- No hables de aquello que no sabes.
- Eres el primer y único huevón que tiene y tendrá el agrado de conversar conmigo.
- Todos aquí están prácticamente locos. Todos dicen que eres un pobre pendejo, tienes a todos tus amigos preocupados.
- Tengo ganas de jalarme su gramito. Es lo que más hecho de menos.
Me encuentro detenido en la carretera mientras converso con mi hermano, tengo ansias de preguntarles por la bastarda de mi esposa, pero me aguanto las ganas. Espero que el saque el tema.
- ¿Y alguna novedad por esos lados?
- La Cata me llamó preocupada, me preguntaba si sabía de ti.
- ¿La Catalina?
- Tu ex mujer.
- Sé quien es. En todo caso, y eso es lo más preocupante y raro, no la puedo sacar de mi mente. Trato, pero no puedo.
- Catalina converso con la mamá. Le dijo que se siente enfadada.
- ¡Jajaja! No puede ser más sarcástica.
- Piensa vender la herencia.
- Ningún problema, pero que me deposite lo que me corresponde en mi cuenta. Así puedo seguir viviendo y recorriendo el mundo.
- Huyendo
- ¿Le contó que se acostó mil veces con el otro huevón?
- No creo. Ahora anda con…
- ¿Con quién?
- Da lo mismo hermano.
- Dime.
- Con el tipo que conoció en el Caribe. ¿Te acuerdas?
- La huevona puta. En todo caso era un hecho que me iba a engañar.
- Lucha por ella…
- ¿Perdón? No hables huevadas porque sino te corto ahora mismo.
- Tranquilo boludo, tranquilo.
- No hables como argentino huevón.
- ¿Entonces no regresas pibe?
- No huevón. De todas formas no me estoy perdiendo de nada.
Corto y ahora simplemente me limito a encender mi automóvil. Parto hacia donde me lleve el mundo para seguir olvidándolo todo. Para huir de todo este maldito cuento que definitivamente me tiene intoxicado.


My sacrifice Inmortal